El jurado de la Real Academia de Ciencias Sueca premió la semana pasada a los creadores de la organocatálisis asimétrica con el Premio Nobel de Química 2021, reconociendo así “una manera ingeniosa de construir moléculas”. Los galardonados son el alemán Benjamin List, de 53 años y director del Instituto Max Planck de Investigación del Carbón, -un centro creado hace más de 100 años que está actualmente especializado en catálisis-; y el británico David MacMillan, también de 53 años e investigador de la Universidad de Princeton, en EE UU. Esta noticia ha supuesto una alegría para todos los grupos que trabajan en la organocatálisis asimétrica. En el Instituto, tenemos a uno de ellos: el GIR Síntesis Asimétrica y Catálisis. Fue en el año 2005, con motivo de la tesis pionera de Rubén Manzano, cuando SintACat comenzó a investigar en la rama de la catálisis asimétrica, en la que emplean catalizadores quirales para crear nuevos enlaces y, además, de manera estereoselectiva. En la actualidad trabajan fundamentalmente en el campo de la organocatálisis y utilizan pequeñas moléculas orgánicas como catalizadores.

«Este concepto de catálisis es tan simple como ingenioso, y el hecho es que mucha gente se ha preguntado por qué no habíamos pensado en ello antes«, afirma Johan Åqvist, presidente del Comité del Nobel para Química

“Hasta los descubrimientos de List y MacMillan solo había dos formas de hacer catálisis: las enzimas y los metales. Estamos hablando de que las primeras investigaciones sobre organocatálisis asimétrica se inician alrededor de los años 2000. Han pasado veinte años, que son muchos, pero si lo piensas en términos históricos, no tanto. Ya se conocía la organocatálisis con anterioridad pero List y MacMillan dieron forma a una nueva herramienta de trabajo. A partir de ahí empezaron a conseguir cosas extraordinarias respecto a la preparación de estos compuestos quirales», nos explica Alicia Maestro, investigadora de SintACat”.

La puesta en valor de la organocatálisis

“La organocatálisis siempre ha conseguido buenos resultados pero en algunos casos no se han valorado lo suficiente. Trabajar con enzimas o con metales ha sido, por decirlo de alguna manera, más agradecido, y esas investigaciones sí que han recibido el reconocimiento que se merecían. Con este Premio Nobel de Química 2021 a List y MacMillan, la organocatálisis se reivindica. Los métodos organocatáliticos ya se aplican en escalas industriales, -como los procesos de síntesis de fármacos-, y no hay mayor ejemplo que ese de la importancia de la organocatálisis, pero sí se necesitaba un reconocimiento de este tipo”.

Hasta el descubrimiento de List y MacMillan solo existían dos tipos de catalizadores

“Nosotros vamos a seguir haciendo lo mismo en lo que veníamos trabajando. En estos 20 años ha sido un ‘boom’ y publicar en organocatálisis es muy complicado porque hay muchos grupos a nivel nacional e internacional, pero esta noticia te da un plus para seguir investigando. List y MacMillan siempre han sido una referencia para los grupos de investigación como el nuestro. No sé si este premio marcará la diferencia a la hora de tener mayor financiación, que siempre es necesaria. Yo de entrada les he puesto en clase a mis alumnos de cuarto la noticia del premio, para que lo supieran. Ojalá sea un impulso y un refuerzo positivo al trabajo que realizamos», finaliza.