Cuarto capítulo de la serie de reportajes sobre nuestros grupos de investigación
Ser útil y resolver los problemas de su entorno. Estas son las dos premisas que acompañan al grupo TESEA desde su creación, siendo el ejemplo de la Química más cercana a la sociedad. “Realmente éramos dos grupos, el de Técnicas de Separación, y el de Análisis Aplicado. Nos juntamos en su momento y creamos TESEA. Llevamos más de 30 años dedicándonos a esto”, señala José Luis Bernal, creador del grupo y uno de los cuatro miembros fundadores del edificio QUIFIMA.
Como comenta, su grupo se centra en las técnicas de separación y el análisis aplicado. A lo largo de los años han ido abordado diversos temas y problemáticas, principalmente en el campo agroalimentario, medioambiental y farmacéutico. “Nosotros hacemos análisis de muestras reales y complejas. Por ejemplo, analizamos aguas residuales, cera de las abejas, -que es una matriz muy compleja, analizamos rodenticidas o tóxicos en animales salvajes. En definitiva, lo que intentamos es ayudar a resolver problemas que se plantean en la sociedad y para ello colaboramos con diversas empresas”, explica Bernal.
Ser útil para el entorno
La Universidad de Valladolid, como cualquier organismo público, debe estar atenta de las necesidades de la gente que la rodea. Lo mismo que hace TESEA. “A la hora de trabajar nos fijamos en problemas reales que existen y que deben ser abordados para mostrar que la universidad es útil para el entorno en que está ubicada. Además, al mismo tiempo favorecemos que nuestros egresados puedan incorporarse al mundo laboral. Con esto lo que intentamos es estar al día de las necesidades que surgen examinando la bibliografía, pero también estando en contacto con nuestro entorno. Cada día se nos plantean nuevos retos”, reconoce.
“Un caso es nuestra línea de apicultura, en la que hemos tratado de analizar las causas que han conducido a la desaparición de los polinizadores. Junto con otros grupos nacionales y extranjeros hemos propuesto soluciones para mitigar el fenómeno. Nos planteamos muchos escenarios: alimentos para mejorarlas, qué compuestos se pueden emplear, etc. Esa parte analítica corre de nuestra cuenta, pero para los trabajos de campo, como es tomar las muestras y analizar las colmenas, necesitamos la gente de parasitología. Desde los años 80 llevamos trabajando juntos.”
Un futuro profesional brillante
Investigar con TESEA es sinónimo de encontrar un puesto de trabajo gracias a su red de contactos dentro de las empresas con las que colabora. “Haciendo un poco de memoria tengo casos de varias generaciones de Químicos en las que hemos colocado a padres y a sus hijos. Al final, resolver problemas junto con diversas empresas, y conseguir resultados exitosos, hace que tengamos las puertas abiertas a futuras incorporaciones desde nuestro grupo. “Pese a todo, sí que es verdad que hemos notado un descenso en el número de estudiantes que quieren hacer la tesis. Hasta cierto punto es entendible, ya que apenas hay ayudas para los becarios. Además, entre la pandemia, dar clases fuera… la gente está agobiadísima. Pero aun así hago un llamamiento a los chicos jóvenes para que no se rindan y, si realmente quieren dedicarse a esto, lo lleven a cabo. Nosotros tenemos las puertas abiertas y estamos en la vanguardia porque trabajamos en lo que la industria demanda: resolver problemas. Además en el IU CINQUIMA tenemos grandísimos expedientes tanto a nivel nacional como internacional”.
Los investigadores jóvenes, un impulso necesario
Esos estudiantes jóvenes que comentábamos, con ganas de comerse el mundo e iniciar su carrera investigadora, son fundamentales en cualquier grupo de investigación. Y TESEA no es una excepción. “El volumen de trabajo que tenemos es grande comparado con el número de miembros que forman el grupo. Somos ocho doctores, un diplomado y un técnico. Esto quiere decir que aquí nadie que viene a trabajar con nosotros se sienta y ve las horas pasar sin hacer nada. Cada uno tiene su valor y sus responsabilidades. Eso es una de las grandes cualidades de la investigación, que te curte profesional y personalmente. Igualmente contamos con el equipamiento necesario para conseguir resultados adecuados”, comenta.
“Respecto a esto último que te comento, las técnicas que utilizamos son cromatografía de gases, de líquidos y de fluidos supercríticos. Hay una fase móvil que lleva a los analitos a unas columnas especiales que los separan secuencialmente. Esa separación se detecta y cuantifica con detectores apropiados. Hoy en día mayoritariamente por espectrometría de masas”.
Autocrítica para mejorar la situación
La mejor manera de evolucionar es saber en lo que se está fallando y tratar de rectificar la situación. Bernal tiene claro cuál es una de las raíces del problema respecto a los estudiantes más jóvenes. “Desde la universidad no les estamos dando las condiciones más óptimas para que puedan lanzarse y arrancar sus carreras centradas en la investigación.
La falta de becas es algo que debería corregirse, porque trabajar por amor al arte no puede ser. No es que los estudiantes no quieran, es que no pueden. No hay renovación para aquellos que nos jubilamos; las becas posdoctorales no duran más de dos años y no es suficiente; y, luego, los investigadores tienen que resolver su economía de algún modo, generalmente ajenos al grupo de investigación. En definitiva, debería haber una política de incorporación más generosa y eficaz”, reflexiona.
La oportunidad está en TESEA
“Desde TESEA solo podemos decirles a aquellas personas que estén pensando en dedicarse a la investigación y dar el paso, que vamos a poner a su disposición las mejores herramientas para que lo lleven a cabo. El nuestro es un trabajo muy demandado, actual y que cada día es diferente. Miramos al entorno y solucionamos los problemas que se plantean, que son muchos. De ahí que cada día sea una nueva experiencia. Utilizamos las técnicas analíticas más modernas que hay, apoyándonos en el LTI, y aportamos a los estudiantes la veteranía de nuestros doctores. La experiencia es muy satisfactoria para todos los que han pasado por TESEA”, concluye.
Esto no ha acabado…
Ahora que ya conoces la historia de TESEA, no te pierdas a sus investigadores respondiendo unas preguntas. Son David Sánchez, Edgar Imaz, Arancha Redondo e Irene Magdaleno. ¿Preparados, listos? ¡Acción!