Hablamos con la investigadora del MIOMeT sobre la publicación de su último artículo

Adriana Sacristán se ha estrenado con su paper ‘ON/OFF metal-triggered molecular tweezers for fullerene recognition´ en Chemical Communications como primera autora. El artículo de la investigadora del GIR MIOMeT trata sobre la síntesis de una serie de moléculas que actúan como pinzas moleculares de modo que, según la estructura que tengan, pueden utilizarse como receptores de fulerenos.

“En nuestro caso, estas pinzas moleculares pueden modular su actividad. En función del estímulo al que las exponemos se activan o se desactivan, como abrir y cerrar unas tijeras”, explica Sacristán. “Cuando están desactivadas, -al ser nuestra pinza un ligando bipiridina y no encontrarse de forma adecuada para actuar como pinza-, formamos un complejo con cobre, de tal modo que orientamos los brazos de la pinza (coraluleno) para que la geometría sea la adecuada, y se crea así una cavidad para formar interacciones supramolaculares como el fulereno, haciendo que se enciendan”.

Adriana Sacristán en el laboratorio del MIOMeT

La novedad, en el RMN

Lo interesante de esta investigación, -además de que se puede encender o apagar la actividad de la pinza gracias al cobre-, es que se ha conseguido desarrollar in situ en el RMN, sin necesidad de preparar el compuesto, ir a la campana, desactivarlo, ir al RMN de nuevo a ver sí es cierto que lo está, etc.

“En nuestro grupo ya se ha trabajado antes en síntesis de moléculas capaces de interaccionar con fulerenos mediante interacciones supramoleculares, entre el coranuleno y fulerenos, y sí que habíamos hecho previamente pinzas moleculares con dos, tres, cuatro y ocho unidades de coranuleno. Lo importante aquí está en activar y desactivar la pinza completamente. Héctor Barbero, en su tesis, consiguió desactivarlas parcialmente utilizando la luz como estímulo. A base de trabajar con el núcleo central, que es la bipiridina, nos dimos cuenta de que podíamos realizar un caso similar pero controlando completamente la estructura”, reconoce.

“También hemos realizado la síntesis de dos tipos de pinzas. Uno en la que los sustituyentes tienen coranuleno, que es la molécula gracias a la cual pueden interactuar con fulerenos debido a su forma de cuenco, y lo hemos comprobado con otro tipo de sustituyente plano, que no pueden interactuar con fulerenos. Lo novedoso es modularlo en el RMN y apagar totalmente la actividad de la pinza y encenderla las veces que queramos”.

El estrés de los plazos

Contraportada del artículo de Sacristán

El tema de los plazos en las publicaciones a veces no es fácil de llevar, y Sacristán lo ha vivido con este paper en primera persona. “Nos contestaron relativamente rápido, pero nos mandaron major revisions, que es básicamente hacer trabajo experimental, así que nunca estás segura el 100% de que te lo van a aceptar. Al final te pones un poco nerviosa porque encima cerraba la Facultad de Ciencias en ese momento al ser verano y… no sé, se juntó un poco todo. Pero bueno, lo importante es que salió bien pese a las dificultades y el estrés de los plazos”.

La investigación no para, y Sacristán ya tiene en el punto de mira su siguiente objetivo. “Ahora mismo estoy realizando otro tipo de pinza molecular que se encienda y se apague mediante otro tipo de estímulo. En el caso de este paper ha sido un estímulo químico y la actividad como receptor de fulerenos lo modulábamos mediante adición o eliminación del cobre y así formar o destruir el complejo metálico. Ahora estamos intentando llevarlo a cabo mediante un estímulo redox, de manera que mediante la eliminación o adicción de electrones podamos variar la geometría de la molécula y por lo tanto modificar su actividad”, finaliza.

«El tema de la contraportada es una cosa bastante chula, porque hicimos una lluvia de ideas y al final ha quedado bastante original y refleja a la perfección de lo que trata el artículo. Es una forma de plasmar lo que cuentas pero más allá de la escritura, de una manera más creativa y gráfica»