Hablamos con la alumna alemana que está de prácticas en el GIR MIOMeT

Localización de Dortmund en el mapa

Annika Schmidt es estudiante de máster en la Technische Universität Dortmund, en la misma ciudad que le da nombre, y que está localizada en la región metropolitana Rin-Ruhr dentro del estado federal de Renania del Norte-Westfalia, en Alemania. Muchos, sobre todo las personas más futboleras, conocerán su ciudad natal gracias al Borussia Dortmund y a su afición, por ese ‘Echte Liebe’ (amor eterno, en alemán) que le profesan a su equipo. “En Dortmund, dentro de nuestra cultura, el equipo de fútbol es muy importante. Históricamente hablando somos una ciudad relativamente nueva. La mina de carbón ha sido fundamental y gracias a ella nuestra ciudad y los alrededores han podido desarrollarse. Aunque igual no es una ciudad tan bonita como Valladolid, tiene una historia diferente a todas las demás, la gente es muy agradable… es un buen sitio para vivir», nos explica la estudiante de prácticas.

Importancia del idioma

Annika decidió venir a hacer las prácticas al GIR MIOMeT por el idioma, ese que tan bien controla, y por los lazos de su profesor con uno de nuestros investigadores, Fernando Villafañe. “En Alemania tenemos tres años de carrera y dos de máster. Estoy estudiando ya el último año de esos cinco. Aprendí español en el instituto, además de un semestre que di en la universidad hace un par de años, y por eso quería venir a España, para seguir mejorando en ese aspecto. Poder estar en el extranjero, en una experiencia como esta, es una gran oportunidad para mí. Me decanté por el MIOMeT porque mi profesor, el Dr. Carsten Strohmann, es amigo de Fernando Villafañe, investigador del grupo, y ya tenía referencias de como trabajaban”.

Un gusto tardío por la Química

Annika en el laboratorio del MIOMeT

Preguntándole un poco por los primeros años de sus estudios y si el gusto por la química le viene de lejos, Anikka nos explica lo siguiente: “En Alemania, cuando estás en el instituto, puedes escoger dos asignaturas. En mi caso, yo elegí matemáticas y química. Cuando terminé esa etapa decidí estudiar la carrera de química, aunque realmente me empezó a gustar una vez estaba en ella, no como le pasa a la mayoría de las personas, que se les suele gustar desde el instituto. Si no hubiera estudiado Química, quizás me hubiera decantado por farmacia. Pero habría sido una decisión difícil eh, porque no me gusta nada la parte biológica (se ríe)”.

Este mes y medio que lleva en los laboratorios del IU CINQUIMA Annika está centrando su trabajo en la utilización de ligandos como el rutenio, la plata o el paladio para la formación de complejos con metales de transición. “Así de una manera simplificada, gracias a la investigación que vengo realizando en Alemania tengo una serie de ligandos que estoy usando aquí para hacer metales de transición y estudiar las diferencias entre los elementos de los ligandos y los metales y ver cómo influyen y se relacionan», explica.

Un futuro con muchas posibilidades

“En Alemania tenemos una gran industria química, pero es necesario tener el doctorado, especialmente en Química y Física. En otras ramas no es tan fundamental para conseguir un buen puesto de trabajo. Una opción para mi es hacer la tesis, que es un poco más corta que aquí. En principio son tres años, aunque depende de tu situación, del tema, del profesor… en principio entre tres y cuatro años. Cuando acabe el máster quiero poder hacer unas prácticas en la industria privada y después decidiré qué hacer. El mundo académico me gusta mucho también. Las puertas están abiertas. De momento voy a terminar de disfrutar esta experiencia que se me está pasando muy rápido y se me va a quedar corta», finaliza.