La investigación sobre el explosivo “madre de Satán” refleja la importancia de las investigaciones científicas
Si hablamos de triperóxido de triacetona (TATP) igual el público general no reconoce esta sustancia. Aunque si en vez de llamarla por su nombre científico utilizamos el apodo “madre de Satán”, como le llamaron las fuerzas de seguridad israelíes debido a los efectos devastadores que produce, seguro que les suena más.
Pues bien, el Grupo de Investigación de Espectroscopía de Rotación (GIER), del IU CINQUIMA, ha conseguido detectar y caracterizar el TATP en fase gas, lo que supone una importante contribución en el desarrollo y exploración de métodos de detección de este tipo de explosivos.
“De una conversación con un compañero de Química Orgánica de la Universidad de Burgos surgió la idea de aplicar las técnicas de espectroscopía de rotación, con que habitualmente trabajamos, para intentar detectar el triperóxido de triacetona. Este es un compuesto que se utiliza en explosivos improvisados y en atentados terroristas porque es fácil de sintetizar y difícil de detectar; de hecho, en internet hay diversas páginas donde explican cómo prepararlo”, nos explica Juan Carlos López, uno de los investigadores de este grupo.
“El Prof. Torroba preparó las muestras utilizadas en nuestro dispositivo experimental y se utilizaron siempre en cantidades que no comprometían la seguridad. En la técnica de espectroscopía de rotación necesitamos que la molécula pueda encontrarse en fase gas y que tenga un momento dipolar. Esta última condición no se cumple para el TATP puro, pero pensamos que el triperóxido podría detectarse si lográbamos formar un agregado con la molécula del agua y así fue. Este agregado molecular se forma mediante un enlace de hidrógeno y la presencia de agua, que garantiza la existencia de un momento dipolar que te permite detectarla”, describe el Prof. López.
¿Quiénes son los descubridores de este hallazgo?
El Grupo de Investigación de Espectroscopía de Rotación, autor de este trabajo, es miembro del IU CINQUIMA y pertenece al Departamento de Química Física y Química Inorgánica. Está formado por tres integrantes: el catedrático Juan Carlos López Alonso, la profesora titular Susana Blanco Rodríguez y el investigador Alberto Macario Farto. Junto a ellos ha trabajado en esta investigación en particular el grupo del profesor Tomás Torroba de la Universidad de Burgos.
“Nuestro trabajo consiste en explorar los espectros de rotación de diferentes sistemas moleculares. Esta técnica es la base para la detección de, por ejemplo, las moléculas que aparecen en el medio interestelar. La investigación en el laboratorio de este tipo de sistemas es muy importante, ya que proporciona, entre otros, datos de su estructura. Por eso la espectroscopía de rotación es una de las mayores fuentes de información sobre la estructura molecular en fase gas, complementaria a la de difracción de rayos X que se utilizan para sólidos u otras técnicas”.
Conocimientos transversales
La investigación llevada a cabo por el GIER es un grandísimo ejemplo, y una enseñanza, de la trascendencia de la investigación científica. “Este es un claro caso de la importancia de la investigación en ciencia. Muchos de los progresos que hay en la detención de explosivos provienen de los laboratorios”, reconoce el Prof. López.
Pero no solo eso, sino también demuestra la necesidad de que, las investigaciones de diversos grupos, converjan. “La idea es que podamos seguir trabajando en este tipo de investigación, aunque nuestro campo fundamental se centra en la determinación de la estructura y de las interacciones intermoleculares en sistemas de interés químico, biológico o interestelar. El objetivo es desentrañar estos sistemas estudiando las propiedades de todo tipo de interacciones intermoleculares, ya que, en la vida, la transmisión de información se produce cuando las moléculas interaccionan entre sí. Esa es la base de nuestros estudios actuales”.
Son varias las investigaciones abiertas que tiene el GIER, entre ellas una con el grupo Cristales Líquidos y Nuevos Materiales, también perteneciente al IU CINQUIMA. “Estamos trabajando con el grupo del Prof. Silverio Coco. Ellos están interesados en las estructuras e interacciones de los cristales líquidos. Podemos ayudarlos si tomamos modelos de tamaño razonables y que presenten características semejantes a los cristales líquidos. Es uno de los proyectos que estamos iniciando”, comenta el Prof. López.
La “madre de Satán”, un sinónimo de destrucción
La primera vez que se utilizó esta sustancia como explosivo fue usada por los terroristas yihadistas de Hamás. Una de las grandes ventajas con las que cuenta es su facilidad para prepararse, aunque no sea tan sencilla de manejar. “No se necesita un detonador y con que haya una chispa o un golpe es suficiente, ya que es muy sensible. Por eso no se comercializa, como ocurre con la dinamita o goma-2, que se utilizan para voladuras controladas”, comenta el catedrático.
Este explosivo, según recoge El Confidencial, ha sido utilizado en multitud de atentados terroristas, de ahí la importancia de este hallazgo. Uno de ellos, el de Barcelona y Cambrils, en 2017. También en el intento fallido de atentar en la festividad de Semana Santa en Sevilla, en abril de 2019.
El trabajo del GIER no solo ha conseguido repercusión en los medios de comunicación sino también ha recibido reconocimiento científico. «Microwave Detection of Wet Triacetone Triperoxide (TATP): Non‐Covalent Forces and Water Dynamics» ha sido publicado en la revista “Chemistry: A European Journal”. A través de la web del instituto puedes acceder a esta y otras publicaciones de nuestros grupos.
“La repercusión mediática ayuda y acerca la ciencia a la sociedad, pero también es muy importante que surjan colaboraciones con otros grupos de investigación de las que puedan beneficiarse las autoridades encargadas de velar por la seguridad ciudadana. Eso es lo realmente importante”, finaliza.