Charlamos con el investigador del grupo GEPCS que defendió con éxito su tesis el pasado mes de septiembre
Marcos Juanes no tiene un recorrido parecido a ninguno de los recién nombrados doctorandos a los que hemos ido entrevistando a lo largo del año. El investigador del grupo GEPCS, y natural de Valladolid, estudió la Licenciatura de Física.
«Desde pequeño me gustaron los números y la curiosidad por entender y conocer lo que me rodeaba. Mi hermano mayor siempre fue un apasionado de los números y los rompecabezas, pese a que él acabó siendo ingeniero. Las raíces de la pasión por las ciencias y comprender lo que está a nuestro alrededor me las inculcó él», relata.
Pese a a la hora de decidir su futuro tuvo en la recámara otras carreras como matemáticas u óptica, nunca se arrepintió de escoger el camino de la Física. Unos años que recuerda con mucho cariño. «Mis estudios universitarios empezaron en 2008 en la vieja Facultad de Ciencias. En aquella época la cantidad de alumnos matriculados en las carreras científicas era inferior al de ahora, pero el ambiente que se respiraba en la facultad era excelente. Mis mejores amistades nacieron gracias a este periodo universitario y en él, el entusiasmo por la ciencia se asentó en mí».
Una experiencia vital en el extranjero
«Tras acabar la licenciatura me mudé una temporada a Bristol en UK. Ese año y medio que estuve allí me permitió desarrollar y perfeccionar mis capacidades lingüísticas en inglés; mejorar mis habilidades sociales en un entorno mucho más internacional que el que podría ofrecerme Valladolid en aquel momento; y aprender a vivir en una cultura que no era la mía. Durante mi estancia allí trabajé en infinidad de empleos para poder sustentarme económicamente: pude realizar un voluntariado de larga duración, -esa fue una de las experiencias más gratificantes que recuerdo-, y di mis primeros pasos en el mundo de la empresa privada como consultor informático», explica.
«Al volver me puse en contacto con antiguos profesores que tuve de la universidad. Aprovecho para mostrar un especial agradecimiento por el apoyo que recibí por parte de Julio Alfonso Alonso, y también de Inmaculada de la Rosa García, -que en paz descanse-, ambos catedráticos del departamento de Física en aquel momento. Ahí barajé la posibilidad de empezar una carrera laboral en el mundo científico».
Una recomendación determinante
Estos dos profesores le comunicaron a Juanes que a Alberto Lesarri, responsable del grupo GEPCS, le habían concedido la posibilidad de un contrato predoctoral (FPI) y que quizá su perfil podía encajar con su trabajo de investigación. Una recomendación que, a la vista de como se han sucedido los acontecimientos, fue decisiva. «Todo lo que leí sobre su investigación y las referencias que me llegaron sobre Lesarri eran francamente excelentes. Cierto día me decidí a contactar con él, conocernos en persona e intercambiar ciertos puntos de vista sobre los posibles objetivos científicos que me iba a exigir si finalmente trabajábamos juntos. Tras acabar aquel encuentro decidí que quería trabajar con él, por mi parte fue una especie de flechazo», asegura.
Y es que, en el caso de Juanes, las figuras de sus dos tutores, tanto Alberto Lesarri como Ruth Pinacho, han sido claves para poder realizar su doctorado de la manera más agradable y llevadera posible. «Ambos han sido un apoyo personal clave y siempre han estado disponibles. Su cercanía y buen hacer han hecho que, durante estos años, yo mismo sienta que mis capacidades, -ya no sólo científicas sino también bien humanas-, hayan aumentado considerablemente. Igualmente cabe destacar su buen hacer científico, véase las 37 publicaciones científicas en los últimos cinco años por parte del grupo de Alberto Lesarri o el gran reconocimiento que tiene a nivel internacional. Muestra de ello es el Premio Internacional Dr. Barbara Mez-Starck 2018 que le concedieron junto a Emilio J. Cocinero, siendo los primeros españoles en recibirlo».
Estudio de interacciones no covalentes a nivel molecular
Hace un mes que defendió su tesis ‘MOLECULAR SELF-AGGREGATION OF THIOLS AND ALCOHOLS: STUDY OF NON-COVALENT INTERACTIONS BY MICROWAVE SPECTROSCOPY‘, realizada a tiempo completo en el Departamento de Química Física y Química Inorgánica, y la valoración global de la experiencia tanto química, como personalmente, ha sido muy buena.
«Mi tesis doctoral se ha basado en el estudio de interacciones no covalentes a nivel molecular, en concreto el enlace de hidrógeno, mediante espectroscopía de microondas en expansión supersónica. Específicamente se han analizado las interacciones intermoleculares implicadas en la formación de agregados moleculares neutros, tanto dímeros como productos de microsolvatación, en fase gas. Los complejos estudiados han incluido moléculas con grupos alcohol y/o tiol, con objeto de analizar las diferencias entre las interacciones intermoleculares que implican átomos de oxígeno o azufre».
«Para ello, durante la tesis he utilizado dos técnicas espectroscópicas, incluyendo un espectrómetro de microondas con transformada de Fourier (FTMW) de tipo Balle-Flygare en el rango de frecuencias 8-20 GHz, y un espectrómetro de transformada de Fourier de banda ancha con excitación multifrecuencia (CP-FTMW) cubriendo el rango espectral de 2-8 GHz, completado el estudio experimental con diferentes cálculos teóricos de orbitales moleculares, en especial teoría del funcional de la densidad, a fin de caracterizar las interacciones estructuralmente, energéticamente y mediante análisis topológico de la densidad electrónica. El conjunto de datos experimentales y teóricos nos ha permitido aumentar la información existente sobre enlaces de hidrógeno con átomos de azufre, generalmente poco estudiados, y su comparación con los análogos oxigenados», reconoce.
La importancia de un buen ambiente de trabajo
Lo que más destacar Juanes después de los casi cinco años de investigación ha sido la posibilidad de trabajar con Alberto Lesarri, Ruth Pinacho y Rizalina T. Saragi. «Puede que suene demasiado repetitivo, pero la verdad que trabajar en este grupo ha sido una de las cosas más positivas que he podido vivir. La investigación, a pesar de llegar a ser estresante en ocasiones, -sobre todo tener lidiar con plazos de entrega constantemente, controlar el laboratorio durante los fines de semana o incluso tener que impartir docencia en periodos en los que quizá tienes demasiada carga de trabajo-, ha sido siempre espectacular», explica.
«En el grupo siempre se respira una atmósfera internacional en la que el inglés es el idioma principal, siendo mi compañera de doctorado durante estos años Rizalina, natural de Indonesia, y habiendo trabajado con otra investigadora de origen chino, que ha realizado una estancia de un año con nosotros, como es Yan Jin. También he tenido la oportunidad de realizar tres estancias en centros de investigación en el extranjero: dos en Hannover y una en Colonia«.
Por último, pedimos a Juanes que se dirija a aquellas personas que están pensando en realizar una tesis doctoral o que están dudando en si dedicarse o no a la investigación. «Siendo honestos, la tesis es un paso que nunca estás seguro de dar pero que una vez que estás dentro, no te arrepientes ni a nivel personal ni científico. Lo más bonito de este oficio, y que es prácticamente imposible de encontrar en la empresa privada, es que los resultados que descubres, analizas o publicas son tuyos y de nadie más. Conseguir entender cómo funciona lo nos rodea es algo maravilloso y que, pese a que a veces es difícil encontrar financiación para dedicarse a ello, cuando se encuentra te compensa», finaliza.